
Seda y sostenibilidad: ¿es una opción ecológica?
La seda ha sido venerada durante mucho tiempo como un tejido lujoso conocido por su delicada textura y brillo luminoso. Pero, ¿es este textil clásico también una opción ecológica? Para responder a esta pregunta, y arrojar luz sobre la compleja relación entre la seda y la sostenibilidad, debemos explorar el proceso de producción de este elegante tejido, evaluar su impacto ambiental en comparación con otros materiales y considerar sus posibles aplicaciones futuras. En esta entrada del blog, profundizaremos en el mundo de la seda y la sostenibilidad para descubrir si realmente es una opción ecológica.
Impacto ambiental de la producción de seda
En primer lugar, echemos un vistazo al impacto ambiental de la producción de seda.

1. Uso de la tierra y deforestación

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de analizar los impactos medioambientales de la producción de seda es el uso de la tierra y la deforestación. Los gusanos de seda requieren un entorno exuberante para prosperar, por lo que para los productores comerciales de sericultura, se deben despejar grandes cantidades de tierra para que las moreras apoyen el crecimiento de su población, lo que provoca la erosión del suelo y la pérdida de hábitat para las especies nativas. Además, el tipo principal de morera utilizado para la sericultura suele ser no autóctono, lo que significa que su cultivo provoca una mayor pérdida de diversidad en los ecosistemas locales.
A pesar de este costo ambiental, todavía hay algunos aspectos positivos con respecto al uso de la tierra, a saber, el cultivo de moreras requiere poco fertilizante o pesticida en comparación con otros cultivos como el algodón. Además, las moreras son sumideros de carbono muy eficientes debido a su rápida tasa de fotosíntesis, lo que significa que actúan como purificadores de aire naturales al tiempo que proporcionan la sombra que tanto se necesita en climas cálidos.
2. Uso del agua y contaminación

Otro factor importante a la hora de considerar el impacto medioambiental de la seda es el uso del agua y la contaminación de la escorrentía de aguas residuales durante las etapas de producción, como el teñido o la impresión de tejidos. Los procesos de sericultura suelen implicar grandes volúmenes de agua, que pueden contaminar las fuentes de agua locales si no se gestionan adecuadamente (por ejemplo, mediante sistemas de tratamiento adecuados). El consumo de agua en sí mismo no es necesariamente un problema, pero la forma en que se gestiona sí importa cuando se considera su impacto general en el medio ambiente.
Afortunadamente, sin embargo, los avances recientes en la tecnología han permitido a los sericultores producir seda sin usar productos químicos o tintes adicionales, lo que resulta en cantidades significativamente reducidas de escorrentía de aguas residuales en comparación con los métodos tradicionales. Esto ha marcado una gran diferencia en términos de minimizar el daño ambiental por el consumo excesivo de agua y la descarga de contaminantes asociados con las actividades de procesamiento de seda.
3. Pesticidas y productos químicos
Por último, echemos un vistazo a los pesticidas y productos químicos utilizados durante la producción de seda, dos componentes clave que han sido objeto de un escrutinio cada vez mayor debido a sus posibles riesgos para la salud tanto de los seres humanos como de la vida silvestre. Afortunadamente, debido al hecho de que los gusanos de seda se alimentan solo de hojas de morera, no se necesitan fertilizantes químicos para producir la mayoría de los tipos de fibras de seda natural, lo que significa que los riesgos para la salud asociados con el contacto con estos materiales (especialmente en comparación con las telas sintéticas) son mínimos.Sin embargo, esto no significa que los pesticidas no sigan presentes: incluso los productores ecológicos los utilizan, aunque sólo los "aprobados por los productos ecológicos" aprobados por organizaciones internacionales de normalización como GOTS (Global Organic Textile Standard) u OEKO-TEX®, así que asegúrate de comprobar qué tipo de producto utiliza.
Métodos sostenibles de producción de seda
Ahora podemos ver ciertas preocupaciones ambientales asociadas con la producción de seda. Afortunadamente, varios métodos sostenibles de producción de seda pueden ayudar a reducir su impacto ambiental.1. Seda orgánica

La seda orgánica está hecha de fibras orgánicas sin tratar, sin ningún proceso químico ni sintético. El cultivo de moreras orgánicas utilizadas en la producción de seda se realiza a través de prácticas agrícolas sostenibles como la rotación de cultivos y sin el uso de fertilizantes y pesticidas. Los capullos también se procesan utilizando métodos no tóxicos como hervirlos en agua de manantial, a diferencia de los baños químicos que utilizan productos químicos peligrosos para el desgomado. Al utilizar materias primas orgánicas, los productos de seda orgánica conllevan un riesgo reducido de exposición a componentes tóxicos liberados durante otras formas de fabricación, lo que los convierte en una opción más segura para aquellos que buscan algo más respetuoso con el medio ambiente.
2. Seda Ahimsa

La seda Ahimsa se elabora a partir de capullos intactos cosechados de especies silvestres o cultivadas que no son de morera, como las larvas de polilla tussah y eri. El objetivo de la producción de seda Ahimsa es permitir que las polillas emerjan de sus capullos ilesas y completen su ciclo de vida natural. Los hilos de seda se recolectan solo después de que las polillas han abandonado los capullos por sí solas, sin ser asesinadas ni perturbadas. Este método también tiene un bajo impacto ambiental, ya que requiere menos energía que los métodos tradicionales y, al mismo tiempo, produce telas de calidad a precios competitivos.
3. Seda reciclada

Este tipo de tejido se fabrica a partir de residuos reciclados posconsumo, como ropa u otros textiles, que han superado su ciclo de vida adecuado como prendas, pero que siguen siendo adecuados para su reutilización de diversas maneras, como el reciclaje de ropa vieja en nuevos tejidos o artículos como alfombras y cojines. Además de reducir el desperdicio y ayudar a extender los ciclos de vida del producto, el reciclaje de textiles viejos en productos utilizables también ayuda a conservar los recursos al minimizar los desechos de los vertederos y disminuir la dependencia de los materiales vírgenes utilizados en los procesos de hilatura convencionales.
Además, este método reduce la contaminación asociada con la fabricación de nuevos tejidos en comparación con las técnicas tradicionales de producción textil que requieren un mayor consumo de energía y agua, lo que en última instancia reduce significativamente su huella de carbono.
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